DISEÑADORES Y SOCIEDAD

Diseñadores generadores de contenido


Un diseñador gráfico es ante todo un comunicador que habitualmente se desenvuelve en la mediación, hace visible y pone al alcance de los consumidores objetos, servicios y productos generados por terceros -sus clientes-, esa destreza puede ser transformada en una herramienta que les permite actuar como emisores y no solamente como mediadores.

En ese plano, el diseñador es capaz de sintetizar ideas en beneficio de un mensaje intencionado que aporte a su comunidad, por ejemplo.

La capacidad de observación -que están continuamente desarrollando para la generación de sus propuestas-, les permite estar atentos al medio en que se desenvuelven y entonces se transforman en observadores agudos de su entorno, son capaces de percibir las diferentes expresiones culturales propias de sus comunidades y reconocer los elementos que contribuyen a la formación de su identidad, este último aspecto puede y debiera ser entendido como una de las responsabilidades de los diseñadores frente a su sociedad, ellos están capacitados para contribuir a su valorización y por lo tanto pueden ejercer un papel vital en su fortalecimiento. Concebir una identidad es tener conciencia de ella precisando sus deslindes, las personas se reconocen en un lugar y relacionan esa posición con 'el otro’, que tiene su propio espacio, de ese concepto se van estableciendo sus diferencias y similitudes, nociones que ayudar a potenciar y reconocer en los habitantes los valores de pertenencia, es posible hacer visible o volver a representar a los ojos de una comunidad una mirada autoreferenciada.

La globalización ha permeado las fronteras y ha dejado expuestas a las culturas a los medios de comunicación que entregan contenidos de alcance universal, trasmitiendo mensajes que van más allá de las noticias en los productos de entretención, este último aspecto es tal vez, el más poderoso que se propaga en el cine, la televisión y los video-juegos, sin dejar de menoscabar el poderoso alcance que las redes sociales tienen a través internet. Este fenómeno, que tiende a ocultar o a sobreponerse a las características propias de una cultura, se suma a los cambios que muchas ciudades están sufriendo en sus modelos económicos, muchas ciudades observan como sus economías se transforman hacia modelos basados principalmente en la actividad de servicios y turismo por la pérdida de competitividad de sus actividades industriales, fenómeno especialmente recurrente en modelos económicos basados en el libre comercio.

Esta situación puede transformarse en una oportunidad para los diseñadores; la cultura, la identidad y sus expresiones pueden constituirse en un valor económico al tomar conciencia de aquellos elementos propios de su patrimonio tangible e intangible.
 Transformarse en autores de libros, generando catálogos, propuestas de guiones informativos-educativos o en el desarrollo de productos que revaloricen el objeto turístico –souvenir–, son tareas que pueden ser asumidas por los diseñadores desde la perspectiva de su propio emprendimiento, propuestas que le entregan la oportunidad de contribuir a sus comunidades desde sus dominios y habilidades, mediante la ilustración, la fotografía, la redacción de textos, los guiones multimediales, etc. Los diseñadores pueden ayudar a buscar el potencial posible de ser evidenciado y que tiene posibilidades de transformarse en un recurso expresivo de su cultura, en productos y servicios locales.