El diseño gráfico y su enseñanza


El diseño gráfico y su enseñanza. Ilusiones y desengaños
(Reseña)

Raúl Belluccia. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2007

Este libro, del profesor de la Universidad de Buenos Aires, es la réplica a una serie de ilusiones y falsas creencias que suelen alentarse en las escuelas de diseño y que constituyen una metodología muy arraigada en ciertos ambientes universitarios. Entre ellas, la idea de que, a la hora de diseñar, la innovación y la creatividad en sí mismas son los valores más apreciados, o que el diseñador puede decidir libremente la orientación del mensaje, ajeno a las necesidades de su comitente (cliente), o que el diseño tiene fines sociales propios. Por inocentes que parezcan, estas ilusiones son perjudiciales: están alejadas del oficio real de diseñar, entorpecen la práctica y distorsionan su enseñanza.
Todo diseñador gráfico proyecta mensajes visuales por encargo, mensajes que, para no resultar fallidos, deben poder ser leídos y decodificados en las duras condiciones de la comunicación social. En este sentido por ejemplo, por original e innovador que pueda parecer un afiche, si en los hechos pasa inadvertido o se vuelve ilegible no cumplirá su función principal, que no es reflejar las ocurrencias creativas del diseñador sino transmitir, de la mejor manera posible, el mensaje a sus audiencias.

En palabras del autor: "el vigor que las supersticiones manifiestan y la facilidad con que son creídas motivaron este trabajo, dirigido a maestros y aprendices preocupados por el diseño eficaz de mensajes visuales en sus contextos reales de actuación". Cada capítulo comienza planteando una "ilusión" y luego presenta, con ejemplos y argumentaciones precisas, el correspondiente "desengaño". Así, al aceptar ceñirse a una determinada estructura textual, el libro mismo encarna la concepción de diseño gráfico que defiende: un oficio rigurosamente condicionado por la demanda y el contexto, y por lo tanto alejado de la libre creatividad.

El texto está dividido en ocho capítulos. Los tres primeros discuten las ilusiones acerca de la definición de la tarea de diseñar, la función social del diseño y el perfil del diseñador profesional. Los cinco restantes se meten de lleno en el debate sobre los modos de enseñar diseño gráfico y contestan las fantasías, idealismos e inocentadas que suelen anidar en los programas pedagógicos. Este trabajo no indaga las causas que originan esas persistentes ilusiones en el ámbito universitario, aunque algo se puede inferir de su lectura. Plantea, eso sí, la necesidad de poner el mensaje y sus condiciones reales de existencia en el centro de la enseñanza, de recuperar el cariño por el oficio de diseñador gráfico y el interés por la cultura visual.